Debo empezar por establecer que NO favorezco que ninguna persona se ausente de su lugar de trabajo sin una justa causa. Reportar una enfermedad sin realmente estar enfermo es un acto inmoral e ilegal en cualquier ámbito, privado o gobierno.
Sin embargo, la crisis por la cual atraviesa la Policía de Puerto Rico es causa directa de la incompetencia de Alejandro García-Padilla. El 6 de marzo de 2013, mediante orden ejecutiva, el Gobernador prohibió el pago del exceso de las licencias de enfermedad. En ese momento comenzaron los problemas de proyección pública de la administración popular.
García-Padilla tiene un serio problema de credibilidad. En cada una de sus apariciones publicas luego de detener el pago de exceso de enfermedad, ofrecía una versión distinta de las razones para detener el pago. Finalmente le prometió a los empleados públicos que el pago se hará en o antes del 30 de junio de 2013.
No conforme con detener el pago que le corresponde a empleados públicos, incluidos policías el gobierno la emprendió contra los policías que decidieron agotar los días que no les iban a pagar.
¿A quién se le ocurre tirarse encima a las personas responsable de la seguridad de un País? Pues al Comandante en Jefe de la Policía de Puerto Rico, Alejandro García-Padilla y su grupo de asesores. Por alguna razón, el Gobernador entiende que ir de frente contra los policías molestos le servirá para proyectarse como hombre fuerte.
El resultado de la terquedad de García-Padilla es un cuerpo de la policía desmoralizado. Peor aún, un cuerpo de la policía desmoralizado que no tiene el más mínimo respeto por tu Comandante en Jefe.
En cualquier empresa en dónde el nivel de ausencias sobrepase el 12% diariamente sería una crisis. Imagínese usted que trabaje en una empresa de 50 empleados y que todos los días se ausenten entre 5 a 10 compañeros de trabajo. Imagínese que se ausente el que cuadra la nómina, el que limpia los baños, el que brinda seguridad a los predios de la empresa... Una crisis. Eso vive la Policía de Puerto Rico hoy, una verdadera crisis.
Si bien es cierto que nadie, con un alto compromiso de trabajo e integridad, debería ausentarse de su empleo sin justa causa, no podemos negar que los policías se sintieron traicionados por su Comandante en Jefe.
Todavía recuerdo los anuncios de campaña de García-Padilla en los que se proyectaba muy capaz de dirigir una fuerza policíaca de sobre 16 mil agentes. Esos anuncios son cosas del pasado. La verdad es que García-Padilla no tiene ni la más mínima idea de cómo resolver la crisis profunda que atraviesa el cuerpo encargado de brindar seguridad al País.
Héctor Pesquera es un hombre muy capaz, dispuesto a hacer grandes transformaciones en la Policía de Puerto Rico. Sin embargo, si se tiene un Comandante en Jefe como García-Padilla, genio de la incompetencia, cualquier iniciativa esta destinada a fracasar.
García-Padilla puede tratar de implementar el "Escudo Costero", "Lazo Costero", lo que sea, pero si no tienen un cuerpo de policías motivados, bien pagados y que respeten a su Jefe, nada de lo que haga va a funcionar.
No tengo la capacidad de leer la mente de nadie, pero apuesto lo que sea a que Héctor Pesquera esta pensando y diciendo: "Si tan solo apareciera un Comandante en Jefe, se busca un Comandante en Jefe".
No hay comentarios:
Publicar un comentario