miércoles, 12 de diciembre de 2012

Escuela vacía, criminal seguro!

Con este escrito no pretendo dar una solución simple a un problema tan complejo como la criminalidad en Puerto Rico. Mi intención es aportar en un área que conozco por experiencia personal: deserción escolar.

En Puerto Rico, el Departamento de no cuenta con estadísticas oficiales sobre la serción escolar. Algunos expertos estiman que el 40% de los estudiantes que comienzan el primer grado, no terminan la escuela. Esto significa que 4 de cada 10 jóvenes boricuas andan por las calles con oportunidades mínimas de conseguir un empleo digno para aportar al futuro del País.

¿Qué lleva a un joven a abandonar la escuela? Podemos llenar cientos de paginas con razones por las cuáles una persona abandona la escuela. Según mi experiencia, un joven abandona la escuela porque perdió el interés en la educación, los padres fueron irresponsables, o los funcionarios llamados a detectar los señales del futuro desertor escolar se hicieron dela vista larga.

Juan (nombre ficticio), nació en Hill Brothers, una comunidad pobre en Río Piedras, Puerto Rico. Sus padres eran usuarios de drogas desde jovenes. Juan se creció al cuidado de sus abuelos. Tan pronto pudo, Juan abandonó la escuela. Sus abuelos pudieron hacer muy poco para evitarlo. Ningún funcionario de la escuela visitó la casa de Juan.

¿El resultado? Juan se convirtió en un delincuente habitual, y hoy cumple una condena de 30 años por asesinato. Nada se puede hacer por Juan. Cuándo salga de la cárcel tendrá unos 60 años.

Quizás no se pudo haber evitado el futuro delictivo de Juan, pero de algo estoy seguro, la sociedad pudo haber hecho más. Hoy en día  existen cientos de historias como la de Juan. Jovenes echados a las calles, sin futuro, sin conciencia del destino que les espera fuera de la escuela.

Según el profesor Justo Méndez-Aramburú los estudiantes que dejan la escuela normalmente tienen un promedio académico bajo, manifiestan un alto desinterés por las clases, y tienen problemas con la autoridad que ejercen los directivos escolares. En otras palabras, la escuela ya no leinteresa.

El Departamento de Correccíon y Rehabilitación de Puerto Rico estima que el 60% de los miembros del sistema correccional son desertores escolares. Las cárceles están llenas de individuos que abandoran la escuela. ¿Qué hizo el Estado, la comunidad, las organizaciones religiosas, etc para evitar que éstos individuos cambiaran el libro por un arma, el lápiz por una onza de marihuana? Al parecer, no mucho.

Puerto Rico debe enfocar gran parte de su plan anti-crimen a rescatar jovenes de entre las edades de 12 a 16 años que están a punto de abandonar la escuela. Si logramos dirigir esos niños y convencerlos de que la escuela es la única opción verdadera para obtener lo que se desea. Cursos técnicos, vocacionales, arte, etc deben estar disponibles para áquellos que no sienten atracción por la escuela tradicional.

El deporte, excepto el boxeo, debe ser considerado como herramienta a la deserción escolar. Un joven que dedique dos o tres horas al deporte, no tendrá tiempo en las tardes oen las noches de desviar su mirada a lo que no le conviene.

Tal y como la Iglesia Católica Apostólica y Romana dedicó siglos a la evangelización de América, nuestro País debe emprender una jornada de "evangelización"para rescatar de las garras de las drogas a los que ya se sienten tentados con la idea del "dinero fácil, la buena vida".

Para los políticos tradicionales el tema no es atractivo, pues los resultados no se pueden medir en par de meses. La situación es tan crítica que tomará varios años,  cuidado si décadas, llegar alpunto en dónde la deserción escolar no sea un problema casi " epidémico".

Si un joven se ausenta dos o tres días a la escuela, el Departamento de Educación debe activar un protocolo de emergencia que le permita reaccionar a tiempo. Lospadres de ese menor deben ser obligados a responder y asumir la responsabilidad que tienen en guiar a su hijo por el camino del bien.

¿Cómo es posible que haya menores en un hogar sin ir a la escuela y el Estado siga dando dinero de gratis a esa familia? Si el padre no cumple con sus responsabilidad de obligar al menor a acudir a la escuela, se le debe imponer acciones disciplinarias. Imagínese que un padre sea obligado a cumplir trabajo comunitario por ser negligente en supervisar la asistencia de su hijo a la escuela.

Si los padres de ese menor viven en algún residencial público, se le deben condicionar todas las ayudas aque cumplan con su rol más importante en esta vida, ser padres responsables.

La escuela de José se fue vaciando poco a poco, mientras más se acercaban los años de secundaria, más eran los pupitres vacíos, los pasillos desolados. Sin embargo, mientras más se vaciaban las escuelas, más se llenaban los espacios fríos, rígidos y oscuros de la cárcel.

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